Qué es la gestión pasiva: ventajas y desventajas

Qué es la gestión pasiva

En Fondosindexados.net tratamos de dar información de interés relevante al mundo de la inversión y del ahorro. Todo el contenido aquí expuesto es puramente informativo y en ningún caso es una recomendación.

La gestión pasiva se va imponiendo poco a poco sobre la gestión activa. Aún existe mucha diferencia entre una y otra opción, pero no cabe duda que esta forma de invertir pasivamente va ganando terreno de forma exponencial.

¿Aún no sabes que es la gestión pasiva? ¿Te interesa profundizar más en este tema? Te explicamos en qué consiste la gestión pasiva y por qué deberías darle una oportunidad si estás pensando en invertir tu dinero.

Qué es la gestión pasiva

La gestión pasiva parte de la premisa de que la Bolsa a largo plazo es la mejor inversión y así lo muestra la historia. Por ejemplo, en los últimos 100 años la Bolsa norteamericana han obtenido una rentabilidad anual real (después de inflación) del 6,6%. El resto de activos en ese mismo periodo tuvieron un comportamiento muy inferior (los bonos del Estado 3,6%, las letras del tesoro 2,7%, el oro 0,7%).  Así pues, se convierte en una de las mejores inversiones a largo plazo, consiguiendo una mejor rentabilidad y se incrementa el poder adquisitivo del capital invertido.

La gestión pasiva está ligada a un índice y consiste en comprar y mantener una serie de acciones muy diversificadas que imiten intencionadamente el comportamiento de un índice bursátil (por ejemplo el S&P500 en Estados Unidos, el Stoxx 600 en Europa, el MSCI World a nivel mundial, etc).

Los productos de gestión pasiva, como los fondos indexados pasivos, invierten en todas las empresas de un índice y lo hacen de forma proporcional para que todas las compañías tengan el mismo peso y la inversión sea una réplica exacta. De esta manera la rentabilidad de la inversión pasiva es la misma que la de su índice de referencia pero restando las comisiones.

Un breve apunte de fiscalidad. Hay que diferenciar entre los fondos indexados y los ETF. Los primeros mantienen la ventaja de no tributar entre traspasos (cuando se cambia el dinero de un fondo a otro), los segundos no tienen esta ventaja.

Ventajas de la gestión pasiva

Las principales ventajas de la gestión pasiva son las siguientes:

  • Eficiencia: el inversor se ahorra mucho tiempo y trabajo de tener que estar viendo en qué invertir y cuándo. Incluso aunque quisiera replicar un índice, tendría que comprar acciones de todas las compañías que lo forman y en la misma proporción, con todo el tiempo y gasto económico que ello supone, además de tener que estar siempre atento a cualquier cambio en la composición del índice para tener que adaptar su cartera.
  • Rentabilidad: en los últimos 5 años los fondos de gestión pasiva han logrado un rendimiento del 3,15% frente a un 2,43% del resto. En los últimos 10 años la rentabilidad es de un 4,24% frente al 2,89% de la gestión activa.
  • Bajas comisiones: ésta es una de las grandes ventajas de la gestión pasiva y de las carteras pasivas, ya que al ser baja resta una cantidad menor de la rentabilidad que se obtenga. El motivo de tener menores gastos que la gestión activa obedece al hecho de que al gestor le supone un menor esfuerzo y trabajo, ya que no tiene que planificar estrategia alguna, simplemente replicar la composición de un índice bursátil. Mientras los costes de los fondos tradicionales se sitúan en torno al 1,83%, los de los fondos de gestión pasiva vienen a ser entre 0,2% y un 0,3% anual aproximadamente, lo que, sin duda, termina influyendo en la rentabilidad.
  • Máxima liquidez: salvo cosas excepcionales, este tipo de fondos de inversión cuenta con un elevado grado de liquidez.
  • Diversificación: precisamente por el hecho de replicar un índice bursátil, ya posee un elevado nivel de diversificación.
  • Sencillez: debido a que la rentabilidad del fondo no depende de la astucia, pericia y destreza del gestor, sino sencillamente a la evolución del índice que replica, es muy sencillo seguir el devenir del fondo en cuestión. Si el índice de referencia sube, el fondo lo hará en la misma medida y si baja, también. 
  • Idoneidad: válido para todo tipo de inversor, incluidos aquellos con poca experiencia y que quieran obtener resultados a largo plazo.
  • Aportación: se puede comenzar a invertir desde una pequeña cantidad económica, por lo que no requiere grandes sumas de dinero.
  • Facilidad: Puedes invertir fácilmente en un fondo indexado a través de tu banco y delegar tu inversión en alguno de los mejores robo advisors que existen en nuestro país. Ellos se encargan de crearte una cartera pasiva diversificada y equilibrada, para que tu no te tengas que preocupar absolutamente de nada. Sin duda la opción más fácil y sencilla de adentrarte en este mundo de la gestión pasiva.
Ventajas de la gestión pasiva
Invierte pasivamente

Inconvenientes de la gestión pasiva

  • No baten al mercado: se está sujeto al devenir del mercado, de manera que nunca se podrá aspirar a obtener mayores rentabilidades.
  • No tienen capacidad de reacción: si una compañía sufre un duro revés, no hay reacción como en el caso de la gestión activa que se pueden vender esas acciones. En este caso hay que mantener dichas acciones mientras la compañía siga formando parte del índice replicado.
  • Es un producto de inversión a largo plazo, de manera que no es conveniente para plazos temporales más reducidos, ya que precisamente su ventaja radica en que a largo plazo se obtienen rentabilidades.
  • Existe una menor oferta de productos si lo comparamos con la gestión activa, aunque esto está cambiando bastante.

El problema de la gestión activa

Los fondos de inversión tradicionales se caracterizan por una gestión activa. Esto significa que es el gestor el que se encarga en cada momento de planificar y elaborar las diversas estrategias de inversión, como por ejemplo en qué mercados se va a invertir, en qué momento, qué cantidad de dinero, a qué precio, cuándo se va a vender.

La finalidad de la gestión activa es intentar batir al mercado, concretamente al índice de referencia. Y aquí entra en juego el denominado índice benchmark , un índice que se utiliza como referencia para valorar si la gestión de la cartera es satisfactoria o no. De manera que el objetivo del gestor será que el rendimiento de la cartera supere al rendimiento de ese índice.

Por ejemplo, un fondo de inversión de renta variable española tendrá como índice benchmark al Ibex 35, de manera que si en el año el Ibex 35 ha subido un 10%, todo lo que sea que el fondo logre más de un 10% de rentabilidad en ese mismo periodo se puede considerar un éxito.

Debido a que no es una tarea sencilla y conlleva más trabajo al gestor para estudiar y ver en qué invertir en cada momento, las comisiones suelen ser elevadas y terminan mermando parte de la rentabilidad que se pueda obtener.

Pero el verdadero problema es que la mayoría de los gestores no logran batir a su índice de referencia, o en todo caso lo hacen algún año puntual, con lo que finalmente se está pagando unas comisiones para no batir al mercado.

Y aquí entra en juego la gestión pasiva, para resolver este problema y ofrecer a los inversores una alternativa de inversión.

¿Mejor elegir gestión activa o pasiva?

Muchas gente se pregunta si es mejor la inversión activa o pasiva. Si hay que escoger entre una cartera activa y pasiva, una respuesta general sería la gestión pasiva, entre otras razones porque tiene menores costes económicos y porque muy pocos gestores son capaces de obtener mejores resultados que el mercado.

Por tanto, es el método ideal para aquellos inversores que quieren participar en el mercado con un horizonte temporal a largo plazo, no quieren asumir mucho coste económico y no tienen los conocimientos y experiencia suficiente para ello.

En líneas generales se podría decir que la gestión pasiva es ideal para:

* Inversores que no tiene tiempo.

* Inversores que no tienen los conocimientos suficientes.

* Inversores que quieren ahorrarse gastos y comisiones.

* Inversores que no quieren depender de la pericia de un gestor o de la suya propia, sino únicamente de la evolución del mercado.

* Inversores que buscan una elevada diversificación. 

En el otro lado de la balanza, la gestión activa es ideal para el inversor que tiene buenos conocimientos y experiencia, no le importa asumir más gastos, tiene tiempo para analizar, buscar y estudiar compañías, así como para seguirlas, y pretende batir al mercado.

Ahora que ya sabes qué es la gestión pasiva, la ventaja de los fondos indexados pasivos y cuáles son sus ventajas, ¿te animarías a probarla?


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