Las comisiones de retrocesión son un factor importante a la hora de contratar un fondo de inversión, ya que esta comisión puede lastrar de forma importante la rentabilidad que puedas obtener.
Debes prestar mucha atención a este gasto asociado que lleva cada fondo, puesto que en muchos casos algunas entidades te recomendarán uno u otro fondo en función de cuál sea esta retribución.
Para que tengas claro qué son los gastos de retrocesión y cómo puedes evitarlos, hemos preparado este completa guía con la que lo entenderás a la perfección su funcionamiento y cómo invertir sin comisiones de retrocesión.
¿Qué son las comisiones de retrocesión?
Las comisiones de retrocesión son pagos que una gestora de fondos o entidad financiera realiza a un intermediario, como un banco o asesor financiero, por haber recomendado o vendido un producto de inversión, como un fondo mutuo.
Estas comisiones no se cargan directamente al inversor, sino que se extraen de los gastos de gestión del fondo y representan una retribución por la comercialización del producto.
El peligro de este modelo de compensación es que puede influir en la elección de productos financieros recomendados por algunos bancos y asesores, ya que pueden recibir incentivos monetarios por sugerir ciertos productos. ¿Cuántas veces has ido a tu banco y se han empeñado en qué contrates un determinado fondo? Pues aquí tienes la respuesta a sus insistencias la mayoría de las veces.
¿Cómo funcionan las comisiones de retrocesión?
Las comisiones de retrocesión se originan cuando un inversor invierte su dinero en un fondo de inversión a través de un intermediario, ya sea un banco un asesor financiero. La gestora del fondo cobra una comisión de gestión por administrar el capital del inversor, pero la gestora no se queda todo el dinero, sino que parte de esta comisión se «retrocede» o devuelve al intermediario como pago por su papel en la venta o distribución del fondo. Una comisión por venta de las de toda la vida.
Por ejemplo, si un fondo tiene una comisión de gestión del 2%, un porcentaje (digamos el 0,5%) puede destinarse a pagar al banco o al asesor financiero que recomendó el fondo al cliente. De esta manera, el inversor no ve este costo directamente en su estado de cuenta, pero su rentabilidad final se ve afectada porque estos gastos reducen el rendimiento total del fondo.
¿Quién paga las comisiones de retrocesión y quién las recibe?
Aunque las comisiones de retrocesión no son pagadas directamente por el inversor, en última instancia, es su dinero el que las financia. Los fondos de inversión incluyen estas comisiones en sus costos operativos, y aunque queda oculto a ojos del inversor, es él finalmente el que lo paga.
Los beneficiados por este tipo de comisiones de retrocesión suelen ser bancos, corredores o asesores financieros, que actúan como intermediarios en la venta del producto financiero.
En muchos casos, estos asesores pueden estar incentivados a promover productos que ofrezcan mayores retrocesiones, lo que puede representar un conflicto de intereses si no eligen productos basados únicamente en los mejores intereses del cliente. Siempre querrán que contrates un fondo que les deja más comisión que otro que sugieras tú.
¿Por qué existen las comisiones de retrocesión?
Las comisiones de retrocesión existen como una forma de remunerar a los intermediarios por su labor de comercialización y asesoramiento. En la industria financiera, muchos asesores dependen de estas comisiones como parte de su modelo de negocio, lo que les permite ofrecer asesoramiento «gratuito» o de bajo costo inicial a los inversores.
Sin embargo, este sistema ha sido muy criticado porque como ya hemos comentado, puede generar conflictos de intereses. Un asesor puede verse tentado a recomendar productos que le generen mayores comisiones de retrocesión, en lugar de los que mejor se ajusten a las necesidades y objetivos del inversor.
Este modelo ha llevado a varios reguladores a exigir mayor transparencia y, en algunos casos, prohibir el uso de retrocesiones.
Comisiones de retrocesión en fondos de inversión: Ejemplos prácticos
Imagina que eres un inversor decide invertir en un fondo de renta variable recomendado por tu asesor financiero o banco de confianza. Este fondo cobra una comisión de gestión del 1,5% anual. De este 1,5%, la gestora del fondo retrocede un 0,4% al banco o asesor que facilitó la venta. Esto significa que, de cada 10.000 euros invertidos, 40 euros irán al intermediario como retrocesión, mientras que el resto se destina a la administración y operación del fondo.
En definitiva, en este ejemplo, le has pagado a tu banco una comisión de 40€ por invertir 10.000€.
Otro ejemplo ocurre con los productos financieros como los fondos de pensiones. Muchas veces, los distribuidores o comercializadores de estos fondos reciben una retrocesión, reduciendo la rentabilidad final que el cliente obtiene sobre su inversión. Al tratarse de inversiones a muy largo plazo, en este caso la comisión percibida por el intermediario es muy alta.
¿Son las comisiones de retrocesión legales?
La legalidad de las comisiones de retrocesión varía según la región y la regulación local. En muchas jurisdicciones, estas comisiones son legales siempre y cuando se revelen claramente al cliente. Sin embargo, en los últimos años, algunas regulaciones han restringido o prohibido las retrocesiones para proteger los intereses de los inversores.
Por ejemplo, en Europa, la Directiva sobre Mercados de Instrumentos Financieros (MiFID II), implementada en 2018, introdujo normas más estrictas sobre la transparencia en las comisiones de retrocesión. MiFID II prohíbe las retrocesiones en los casos en que se ofrezca asesoramiento financiero independiente, aunque todavía se permiten en situaciones de asesoramiento no independiente, siempre que se informe al cliente de manera adecuada.
La realidad es que en España, todos los bancos más conocidos y brokers más habituales te cobran una comisión de retrocesión a contratar un fondo, salvo excepciones que veremos más adelante.
Ventajas y desventajas de las comisiones de retrocesión
Ventajas:
- Acceso a asesoramiento gratuito o de bajo costo inicial: Muchos inversores pueden acceder a asesoramiento financiero sin tener que pagar una tarifa directa, ya que los asesores se compensan a través de las retrocesiones.
- Incentivo para distribuir productos: Las retrocesiones proporcionan un incentivo para que los asesores y distribuidores promuevan productos financieros a una audiencia más amplia.
Desventajas:
- Conflicto de interés: El principal riesgo de las retrocesiones es que pueden generar un conflicto de interés, ya que los asesores podrían verse tentados a recomendar productos en función de las comisiones que recibirán en lugar de los intereses del cliente.
- Impacto en la rentabilidad: Aunque el inversor no paga directamente estas comisiones, los costos asociados con las retrocesiones pueden reducir la rentabilidad total del fondo.
¿Cómo evitar pagar comisiones de retrocesión?
Una forma de evitar las comisiones de retrocesión es invertir en fondos de clase limpia, que no incluyen retrocesiones en sus estructuras de costos. Estos fondos generalmente se ofrecen a inversores institucionales o a través de plataformas que no reciben compensaciones por comercialización.
Otra opción es optar por asesores financieros independientes, que cobran una tarifa fija o por hora por sus servicios, en lugar de depender de comisiones por ventas. Esto puede proporcionar una mayor alineación de intereses entre el inversor y el asesor.
Brokers o plataformas que no cobran comisión de retrocesión
Si quieres tener acceso a fondos de clase limpia, lo mejor es utilizar una broker que no cobre comisión de retrocesión.
Algunas de las mejores opciones que tenemos a día de hoy en el mercado español son:
IronIA
Es una plataforma que te da acceso a todos los fondos de clase limpia que existen a cambio de pagar una tarifa anual de 99,99€. Con esto tendrás acceso a los fondos más baratos del mercado y te ahorras un importe importante en comisiones, ya que tampoco te cobrará comisión de gestión ni de mantenimiento. De echo, es uno de los mejores brokers para fondos indexados y que más recomiendo.
Aquí puedes ver mi opinión de IronIA para más información.
EBN Banco
Este banco te permite igualmente acceder a fondos de clase limpia, los más baratos, sin tener que pagar una tarifa plana. Sin embargo, la pega en este caso es que si cobra una comisión de gestión del 0,30% anual.
Regulaciones actuales sobre las comisiones de retrocesión en Europa y América Latina
En Europa, como ya se mencionó, MiFID II ha impuesto restricciones significativas a las comisiones de retrocesión, especialmente en el caso de asesoramiento financiero independiente. Los asesores deben ser más transparentes sobre cómo reciben compensaciones y qué impacto tienen estas en los productos recomendados.
En América Latina, la regulación de las comisiones de retrocesión varía ampliamente. Algunos países tienen normativas que exigen la revelación de estas comisiones, mientras que en otros mercados, la práctica es más laxa. A medida que los mercados financieros se desarrollan y las autoridades reguladoras fortalecen las leyes de protección al inversor, es probable que haya una mayor presión para aumentar la transparencia y reducir los conflictos de interés.
Conclusiones: ¿Son las comisiones de retrocesión un problema para los inversores?
Las comisiones de retrocesión, aunque no son un problema evidente para muchos inversores, pueden afectar de manera significativa el rendimiento de sus inversiones a largo plazo, ya que si mantienes durante mucho tiempo un fondo, el gasto final en comisiones será elevado.
Si bien permiten que los asesores ofrezcan sus servicios sin cobrar tarifas directas, también pueden crear un conflicto de interés que perjudique al inversor por no haber podido elegir entre otros fondos que quizás le hubieran reportado una mayor rentabilidad.
Por esta razón, es muy importante que los inversores estén informados, busquen transparencia y consideren si los productos que se les ofrecen realmente son los mejores para sus necesidades financieras y no velan únicamente por el interés del banco o asesor de turno.