Los roboadvisors han ganado una enorme popularidad en los últimos años, y no es difícil entender por qué. Su facilidad de uso, grandes rentabilidades y bajas comisiones lo han convertido en una de las herramientas de inversión preferidas por quienes buscan simplicidad a la hora de invertir.
Cuando comencé a investigar sobre ellos, mi primera impresión fue de escepticismo: ¿realmente un algoritmo puede gestionar mejor mis inversiones que una persona con años de experiencia? Pero cuanto más profundizaba, más comprendía que estos gestores automatizados tienen mucho más que ofrecer de lo que parece a simple vista. A continuación te comparto lo que he aprendido sobre sus puntos fuertes… y sus limitaciones, que también las tienen y demuestran que nos son para todo tipo de inversores.
Si quieres saber si un roboadvisor es para ti, sigue leyendo y descubre todas las ventajas de los roboadvisors así como sus desventajas.
Ventajas clave de invertir con un roboadvisor
1. Accesibilidad para todos los perfiles de inversor
Una de las primeras cosas que me llamó la atención fue lo sencillo que es comenzar a invertir con un roboadvisor. No necesitas tener conocimientos financieros previos ni pasar horas estudiando productos de inversión. Plataformas como Indexa Capital o Finizens, dos de los mejores roboadvisors de España, hacen todo el trabajo por ti: te realizan un breve test de perfil de riesgo y te ofrecen una cartera diversificada de fondos indexados optimizada para cada perfil de inversor.
Lo mejor es que no hay barreras de entrada, ni económicas ni técnicas. Puedes comenzar a invertir desde tan sólo 1.000€ en la mayoría de roboadvisors. Es ideal si eres principiante, pero también válido para quienes no quieren complicarse gestionando carteras activamente.
2. Gestión automatizada y diversificada
Uno de los puntos que más valoran los usuarios es la automatización inteligente de las carteras. Los roboadvisors no se limitan a invertir y olvidarse: monitorizan constantemente el mercado, ajustan tu cartera y hacen rebalanceos periódicos para mantener el equilibrio entre riesgo y rentabilidad en función del perfil de inversor que hayas elegido. Si un fondo obtiene una fuerte revalorización, con el tiempo este se compensará con otro, para no desequilibrar tu cartera.
Además, invierten casi siempre en fondos indexados diversificados globalmente, lo que reduce considerablemente el riesgo asociado a apostar por activos concretos o índices determinados. Estás invirtiendo en miles de empresas de todo el mundo, sin tener que elegirlas una por una. Esta gestión pasiva, que se basa en replicar índices de mercado, ha demostrado históricamente resultados sólidos con menos comisiones.
3. Comisiones más bajas que la banca tradicional
Las comisiones de un roboadvisor son mucho más bajas que las de los productos ofrecidos por la mayoría de bancos, de ahí gran parte de su éxito. Mientras que una cartera gestionada de forma activa puede cobrar entre un 1,5% y 2,5% anual, un roboadvisor se mueve entre el 0,40% y 0,85% en total (incluyendo gestión y costes de los fondos), lo que supone un gran ahorro de costes.
Y aunque pueda parecer poca diferencia, a largo plazo esto se traduce en miles de euros de ahorro, ya que por norma general este tipo de inversión es a largo plazo es un exceso de comisión que pagas año tras año. Las comisiones son uno de los factores más determinantes para la rentabilidad, especialmente en inversiones a 10, 20 o 30 años.
4. Transparencia y control total
Otro gran punto a favor es la transparencia. En todo momento sabes dónde está tu dinero, cuánto te está generando y cuáles son los costes asociados. Desde el panel de usuario puedes ver el desglose completo de tu cartera, los fondos incluidos, su evolución histórica, los rebalanceos realizados y más.
Además, tienes disponibilidad inmediata del capital, lo que significa que puedes retirar tu inversión en cualquier momento (teniendo en cuenta los tiempos de liquidación de los fondos, que suelen rondar los 5 días hábiles).
5. Fiscalidad optimizada
Algunas plataformas, como Indexa, ofrecen cuentas de fondos traspasables, lo que permite cambiar la composición de la cartera sin tributar por ello (hasta que retires el dinero). Esto es especialmente beneficioso si estás pensando en hacer una inversión a largo plazo, ya que puedes aplazar el pago de impuestos durante años, lo que multiplica el efecto del interés compuesto.
6. Sin sesgos emocionales ni decisiones impulsivas
Uno de los mayores enemigos del inversor es él mismo. Las emociones, especialmente el miedo y la euforia, llevan a muchos a vender en mínimos y comprar en máximos, el gran error que comenten la mayoría de inversores. Al delegar la gestión a un algoritmo, eliminas el factor emocional, y te ciñes a una estrategia racional y constante.
Esto, aunque parezca un detalle menor, puede marcar la diferencia entre ganar y perder dinero.
Principales desventajas de los roboadvisors
Ahora bien, no todo es color de rosa. Como toda herramienta financiera, los roboadvisors tienen limitaciones. Y conocerlas es clave para tomar decisiones informadas. Aquí te cuento los puntos débiles que más destacan tras analizar el mercado y conversar con usuarios reales.
1. Falta de personalización avanzada
Aunque la cartera se ajusta a tu perfil de riesgo, el nivel de personalización es limitado. Si eres un inversor con objetivos muy concretos (por ejemplo, invertir solo en empresas sostenibles, evitar ciertos sectores o tener exposición más intensa a una zona geográfica), probablemente te sentirás restringido y no podrás adecuar tu cartera 100% a tus gustos.
Los roboadvisors funcionan bajo estructuras predefinidas. Puedes elegir entre 5, 10 o 12 carteras preconfiguradas, pero no puedes decidir tú mismo cada fondo o proporción. Esta simplicidad es ideal para muchos… pero frustrante para perfiles más avanzados.
2. No hay asesoramiento humano
Otro aspecto importante es que, al ser servicios automatizados, no cuentas con un asesor financiero personal con el que hablar. Esto puede generar inseguridad en momentos de turbulencia del mercado, o cuando tienes dudas sobre qué hacer con tu dinero. En ocasiones no está de más tener a una persona a la que recurrir en caso de duda.
Algunas plataformas empiezan a incorporar atención humana, pero generalmente no es un asesoramiento profundo ni continuado. Si valoras el contacto humano y una relación cercana, los roboadvisors pueden quedarse cortos.
3. Rentabilidades limitadas en entornos bajistas
Aunque los fondos indexados han tenido un desempeño excelente a largo plazo, en periodos bajistas del mercado (como recesiones o caídas bursátiles), no hay estrategias defensivas activas. La cartera seguirá el mercado, tanto en subidas como en bajadas.
Si buscas una estrategia que ajuste rápidamente posiciones para evitar caídas o aprovechar oportunidades puntuales, un roboadvisor no es el instrumento ideal. No toman decisiones tácticas ni reaccionan con flexibilidad ante eventos inesperados.
4. Tecnología no exenta de fallos
Aunque es raro, pueden ocurrir errores técnicos. Desde fallos de sincronización bancaria, problemas en la interfaz, hasta retrasos en rebalanceos. No es algo frecuente ni mucho menos habitual, pero es importante saber que, como toda plataforma tecnológica, no está 100% libre de incidencias.
Además, depender exclusivamente de una interfaz digital para gestionar tus finanzas personales puede generar cierta ansiedad en personas que prefieren un trato más tradicional o físico, o como hemos comentado, un trato más humano con una persona a la que recurrir en caso de necesidad.
5. Falta de educación financiera
Una crítica frecuente es que los roboadvisors no fomentan el aprendizaje del inversor. Al ser tan fáciles de usar, corres el riesgo de delegar completamente sin entender en qué estás invirtiendo. Y aunque eso puede funcionar, también es importante que el usuario tenga una mínima base para tomar decisiones más sólidas en el futuro.
A fin de cuentas la misión de un roboadvisor es hacer la inversión fácil a sus usuarios, y este criterio lo cumple muy bien, pero evita que puedas aprender el funcionamiento de los mercados al delegar todo en ellos.
¿Entonces, merece la pena invertir con un roboadvisor?
En mi opinión, sí, absolutamente, siempre y cuando tengas claro lo que estás buscando. Si eres una persona que quiere empezar a invertir sin complicarse, con bajas comisiones, una estrategia sólida y resultados consistentes, un roboadvisor es una opción excelente para cualquier persona con estas características.
Sin embargo, si buscas más personalización, control total y asesoramiento humano cercano, probablemente te convenga explorar otras opciones o combinar ambas.
Como todo en finanzas, la clave está en conocerte a ti mismo: tus objetivos, tu tolerancia al riesgo y tu nivel de implicación deseado. Porque al final, no se trata solo de ganar más… sino de hacerlo de forma coherente con tu estilo de vida y con tu perfil de riesgo.