Si te encuentras en una situación en la que necesitas dinero o te gustaría obtener un préstamo por la razón que fuera y tienes algún activo en posesión como acciones, fondos de inversión… sigue leyendo porque te interesa saber en qué consiste la pignoración y cuándo puedes hacerla.
La pignoración consiste en ofrecer un activo como garantía para asegurar el cumplimiento de una obligación, normalmente un préstamo. Este activo pignorado, como ya hemos comentado, puede ser desde acciones de bolsa, fondos, bonos o cuentas por cobrar, hasta bienes tangibles como vehículos o propiedades que tengas.
La principal ventaja de la pignoración es que la persona que lo presta, en este caso el prestatario, puede acceder a financiamiento a mejores condiciones, ya que el riesgo para el prestamista disminuye al contar con un colateral que respalde el préstamo.
Sin embargo, esta herramienta también tiene sus riesgos y costos asociados, que conviene analizar antes de lanzarte a por ella.
En España, por ejemplo, Myinvestor te ofrece la posibilidad de pignorar el capital que tengas invertido con ellos para poder conseguir un préstamos de dinero que puedes utilizar para invertir, por ejemplo.
Qué es pignorar un préstamo
Pignorar un préstamo significa utilizar un activo específico como garantía ante un acreedor. En este tipo de acuerdo, el prestatario mantiene la propiedad del activo, pero transfiere los derechos sobre él al prestamista hasta que se salde la deuda (dejas tus activos al prestamista como garantía).
Si por alguna razón no cumples con las obligaciones del préstamo, el acreedor tiene el derecho legal de liquidar o ejecutar el activo pignorado para recuperar su dinero. Por ejemplo, si has dejado unas acciones como garantía al banco, este podrá venderlas para recuperar su dinero si llegado el plazo no pagas tu deuda.
Este tipo de garantía se utiliza principalmente en operaciones donde el deudor desea obtener mejores condiciones de financiamiento, como tasas de interés más bajas o mayor plazo, ya que el activo sirve como respaldo ante el riesgo de impago.
La pignoración es una de las fuentes de ingresos rápidas aprovechándote de los activos que ya tienes.
Cuándo interesa pignorar un préstamo
Pignorar un préstamo puede ser interesante en varias situaciones:
- Acceso a mejores condiciones: Ofrecer un activo como garantía puede permitir que accedamos a préstamos con tasas de interés más bajas, ya que el riesgo para el prestamista es menor.
- Liquidez sin vender activos: Si posees activos que no deseas vender pero necesitas liquidez inmediata, la pignoración te permite obtener un préstamo sin tener que desprenderte de ellos.
- Cuando el riesgo es mayor: Si tienes un perfil de riesgo alto o si te encuentras con dificultades para obtener financiamición sin una garantía adicional, la pignoración te puede facilitar la obtención de crédito.
- Asegurar obligaciones específicas: En contratos comerciales o financieros donde se requieren garantías adicionales, la pignoración de un activo asegura el cumplimiento del contrato.
Qué gastos tiene pignorar un prestamo
Pignorar un préstamo conlleva ciertos costos adicionales que deben ser considerados antes de optar por esta modalidad.
Algunos de los gastos comunes incluyen:
- Comisiones bancarias: Los bancos o entidades financieras suelen cobrar una comisión por el servicio de gestionar la pignoración de activos.
- Costos de evaluación: En algunos casos, es necesario evaluar el valor del activo a pignorar, lo que implica pagar a tasadores o peritos especializados.
- Gastos notariales y registrales: Dependiendo de la jurisdicción y el tipo de activo, puede ser necesario formalizar el acuerdo de pignoración en un notario, lo cual genera gastos adicionales.
- Costos de mantenimiento del activo: Si el activo pignorado requiere mantenimiento o seguros (como en el caso de bienes inmuebles o vehículos), el prestatario debe asumir estos costos.
Qué pasa si no se paga
Por último, aunque no es lo esperado, hay que tener en cuenta que pasa si no pagas una pignoración.
Si no cumples con el pago del préstamo, el prestamista tiene el derecho de ejecutar la garantía pignorada. Esto implica que el activo utilizado como colateral puede ser vendido o liquidado para cubrir la deuda pendiente.
Dependiendo del tipo de activo, el proceso de ejecución puede variar, pero en general sigue estos pasos:
- Notificación de incumplimiento: El prestamista te notifica del incumplimiento y te da un plazo para regularizar la situación.
- Ejecución de la garantía: Si no se regulariza el pago, el prestamista inicia el proceso de liquidación del activo pignorado.
- Venta del activo: El activo se vende y los fondos obtenidos se utilizan para cubrir el saldo de tu deuda. Si hay un excedente tras la venta, el remanente se te devuelve.
Este proceso puede tener consecuencias adicionales, como daños al historial crediticio del prestatario y la pérdida definitiva del activo.
Conclusión final
La pignoración de activos puede ser una herramienta muy útil para obtener financiación a mejores condiciones o acceder a liquidez sin vender bienes valiosos de los cuales no te quieres desprender. Sin embargo, es importante tener en cuenta los riesgos que implica, como la posible pérdida del activo si no se cumple con los pagos del préstamo, así como los costos asociados a la formalización y mantenimiento de la garantía.
Como toda decisión financiera, optar por la pignoración requiere una evaluación cuidadosa de los beneficios y riesgos involucrados que ello conlleva.