Un fondo de emergencia es una cantidad pecuniaria, un dinero, que se destina como reserva económica ante imprevistos graves.
Y es que a lo largo de la vida pueden, y de hecho, suceden muchas cosas totalmente imprevistas que requieren urgentemente de un importante desembolso económico. Es por ello que es transcendental poder contar con un dinero guardado precisamente para este fin y poder de esta manera poder resolver esos imprevistos sin necesidad de tener que endeudarnos (mediante préstamos bancarios junto con sus correspondientes intereses) y sin tener tampoco que tocar nuestros ahorros, ya que los ahorros van destinados a otro fin.
Importante que el fondo de emergencia sea lo más líquido posible, es decir, que podamos contar con él en cualquier momento. Imagine tener un piso como fondo de emergencia, no es válido porque si necesitamos resolver ya una urgencia, hasta que logremos vender el piso o alquilarlo pasará demasiado tiempo.
Lo ideal es que el fondo esté compuesto de dinero en efectivo y que se encuentre, o bien guardado en casa o bien en una cuenta bancaria, eso sí, una cuenta bancaria exclusiva para este fin. También se puede invertir en productos bancarios con nada de riesgo y buena liquidez, como por ejemplo un depósito bancario, que además nos aportará unos intereses de plusvalía y en el peor de los casos si hay que sacar el dinero antes de su finalización sabemos que el gasto será bajo.
Evidentemente, a medida que vamos recurriendo al fondo de emergencia y su cuantía económica se va reduciendo, deberemos, poco a poco y en la medida de nuestras posibilidades, ir recomponiendo el fondo aportando capital con la idea de que siempre esté en su cuantía ideal.
Aquí es importante conocer las diferencias entre fondo de emergencia y fondo de contingencia.
– Fondo de emergencia: dinero que se va guardando y apartando para poder cubrir gastos importantes que no se pueden aplazar y hay que resolver enseguida.
– Fondo de contingencia: dinero que se va guardando para emergencias cuya cuantía económica es relativamente más asequible. Por ejemplo, tener que comprar una lavadora, una nevera, el dentista, una pequeña reparación en la casa como la rotura de una persiana, el taller del coche, todos los materiales para el curso escolar, etc.
Así pues, un fondo de emergencia nos permite poder afrontar tranquilamente una serie de gastos importantes que han de abonarse ya y que tienen una cuantía económica sustancial, todo ello sin tener que acudir a préstamos ni tener que agotar la hucha del ahorro.
¿Qué quieres saber?
Ventajas de un fondo de emergencia
Tiene innumerables ventajas, entre las cuales podemos enumerar las siguientes:
- Interiorizamos el arte de ahorrar, ya que para ello se requiere tener disciplina, paciencia y constancia.
- Evita el endeudamiento, puesto que no necesitaremos tener que ir al banco a solicitar un préstamo bancario, una mayor carga económica a lo largo de x tiempo y que además lleva aparejada intereses.
- Genera tranquilidad al saber que si en alguna ocasión sucede algo podremos resolverlo rápidamente sin esfuerzo alguno.
- Esquivamos la improvisación, porque ante un problema no tendremos que ir actuando sobre la marcha, recurrimos a nuestro fondo y punto.
De cuanto debería ser el fondo de emergencia
Esta es una decisión muy personal. Primero porque no hay una regla fija, y segundo porque hay que ver cada casa personal, ya que dependiendo del estilo de vida de una persona o de una familia, la cuantía del fondo de emergencia necesitará ser más o menos elevada.
Pero para empezar, para tener una primera idea, podemos decir que lo ideal sería que como mínimo estuviese formado por los gastos que solemos tener de 3 a 6 meses.
Aquí es importante señalar que al hablar de 3-6 meses de gastos nos estamos refiriendo a gastos en sentido literal, y no a ingresos. Es decir, si por ejemplo en una familia cada mes entran de ingresos totales (nóminas, alquileres, etc) 3.000 euros y cada mes tienen de gastos 2500 euros, el fondo de emergencia debería de estar formado por 3-6 veces los 2500 euros, por tanto entre 7500 y 15000 euros.
De esta manera, ante imprevistos graves, nos aseguramos mantener el mismo nivel de vida durante 3-6 meses e incluso, en situaciones más graves, como por ejemplo un despido y que ya no entre dinero en casa, si reducimos los gastos de 2500 euros a 1500 euros al mes, logramos sacar más tiempo de calma, de manera que siguiendo con el ejemplo anterior, si teníamos 15000 euros, nos dará para 10 meses.
No hace falta decir que lo ideal es destinar la mayor cantidad posible de dinero que podamos a un fondo de emergencia, porque la vida es muy larga y a lo largo de ella pueden suceder cosas que no podamos ni imaginar en estos momentos, por lo que a mayor cantidad, mayor número de meses y años que estaremos cubiertos.
Y por supuesto, es un tema que se presta a revisiones y actualizaciones, es decir, si de un año para otro los gastos mensuales se han incrementado, tendremos también que modificar la aportación que hacemos al fondo para de esta manera seguir manteniendo una proporcionalidad acorde.
Como crear un fondo de emergencia
Partimos de la base de que es un proceso muy sencillo y que no tiene más complicaciones. Lleva muy poco tiempo y no hay excusas.
Vamos a verlo en varios pasos:
- Calcular los gastos mensuales que tenemos, siendo realistas y sin hacer trampas.
- Elegir cuantos meses de protección queremos tener (3 meses, 6 meses, 12 meses, etc).
- Calcular la cantidad de dinero que tiene que formar el fondo de emergencia.
- Decidir dónde guardar ese dinero (en casa, en una cuenta corriente, en depósitos bancarios).
- Depositar el dinero en el medio elegido.
- No tocarlo nunca salvo para casos de emergencia.
- Reponer el dinero que se haya tenido que coger.
Como has podido ver, tener un fondo de emergencia es fundamental para asegurarnos cualquier imprevisto y dormir más tranquilos. No es necesario tenerlo de la noche a la mañana, pero si es importante que vayas pensando en ellos, si es que aún no lo tienes, y vayas creando tu fondo de emergencia poco a poco para estar preparado el día de mañana.